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Un gato no es un perro chiquito

Un gato no es un perro chiquito

Durante los últimos años los gatos han ido ganado popularidad como mascotas rompiendo con muchas creencias erróneas respecto a ellos, descubriendo sus múltiples cualidades de amigos excelentes.

En la antigüedad, los egipcios consideraban a los gatos como animales sagrados y los apreciaban y valoraban por sus aptitudes cinegéticas naturales. Durante mucho tiempo se prestó poca atención en su nutrición, pensando que con lo que pudieran cazar sería suficiente para mantenerse, cometiendo así muchos errores cuando eran alimentados con diversos “alimentos” como era el caso de carne cruda, bofe (pulmón de res) o con alimento para perros, en donde algunos de ellos presentaban trastornos locomotores por deficiencias nutricionales, problemas de vista debido a la misma causa o trastornos de vías urinarias bajas (cálculos vesicales).

Con el paso del tiempo los gatos han dejado de ser los cazadores de ratones para ser en la actualidad un excelente animal de compañía, haciendo indispensable conocer sus requerimientos nutricionales específicos. Hoy en día se reconoce que la nutrición correcta y los cuidados durante toda la vida hacen que su salud sea mejor, su longevidad sea mayor y su calidad de vida mejore.

Los gatos tienen una actividad de la glucocinasa hepática muy baja y debido a esto presentan una capacidad mínima para metabolizar grandes cantidades de carbohidratos al igual que algunos fármacos, a diferencia del perro, por lo que su requerimiento de proteína es mucho más elevado que la del perro, considerándose al gato como un carnívoro estricto. A diferencia de los perros, los gatos no pueden sintetizar ácido araquidónico a través del metabolismo del ácido linoléico, por lo que es indispensable su consumo y éste se encuentra en tejidos animales.

La textura del alimento es primordial en el caso de la nutrición felina ya que será parte muy importante para la palatabilidad y por ende del consumo del alimento balanceado, a diferencia de la mayoría de los perros que no tienen predilección por algún tipo de textura en especial.

En el caso de la reproducción felina, los objetivos nutricionales van encaminados a que la salud y la condición corporal de la hembra se optimicen, a que el desempeño reproductivo sea el mejor y que la salud y desarrollo de los gatitos sea adecuada hasta la etapa del destete, en donde su desarrollo será el principal indicador de que la hembra se encuentra bien alimentada y, por ende, bien nutrida.

Los objetivos finales de la nutrición de los gatitos serán: lograr que lleguen a la etapa adulta sanos y que su crecimiento sea el adecuado, reducir al máximo los factores de riesgo de la enfermedad mediante el consumo de alimentos balanceados que contienen ácidos grasos esenciales, aminoácidos esenciales incluyendo la taurina que es indispensable en ellos para realizar su funcionamiento cardíaco, reproductivo, dermatológico y visual.

Los gatos pueden llegar a su edad adulta entre los 10 y los 12 meses de vida y en la actualidad y gracias a los avances en cuanto a medicina y nutrición se refiere, los gatos pueden llegar a vivir hasta por 18 ó 20 años.

Para considerar a un gato como de edad avanzada será entre los 7 y 9 años, esto debido a la prevalencia de enfermedades degenerativas relacionadas con la edad, al igual que la serie de cambios que se suceden dentro de los parámetros de tipo conductual, físico y metabólico asociados a esta etapa.

Hay que recordar que parte muy importante de la tenencia responsable de una mascota, en este caso los gatos, es la supervisión veterinaria durante cada etapa de su vida; pero es, especialmente sensible e importante las revisiones veterinarias regulares, indispensables para el mantenimiento de la salud del animal.

Para la evaluación veterinaria de un gato se requiere de un chequeo completo, de su medio ambiente y de los factores de riesgo de enfermedad. La evaluación de la mascota establece los objetivos de la alimentación, la identificación de factores de riesgo de enfermedad (gato con vida dentro y fuera o fuera de la casa) y los factores nutricionales específicos para el individuo. De la misma forma, la evaluación del género (hembra o macho) en cuestión de desarrollo y velocidad de crecimiento, no hay grandes variaciones salvo en la etapa de gestación y lactación, en donde las demandas se ven incrementadas por el desarrollo del producto y su preparación para el parto.

En los animales sanos, el envejecimiento se relaciona con cambios metabólicos que modifican las recomendaciones nutricionales de cada etapa de la vida.

Para el mejor entendimiento de los gatos recuerdo una máxima que dice “No creas todo lo que digan, por que el que cree todo lo que dicen, muchas veces juzga lo que no conoce”.