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Nutrición de perros con alergia alimentaria.

Nutrición de perros con alergia alimentaria.

INTRODUCCIÓN

Una reacción adversa alimentaria es el término aplicado para cualquier respuesta clínica anormal atribuida a la ingesta de una sustancia de la dieta que no es una bacteria, virus o parásito. En la Tabla 1 se mencionan algunas de las clasificaciones de las reacciones adversas a los alimentos.

Hipersensibilidad o alergia alimentaria Es una reacción inmunomediada a alguno de los componentes de la dieta; efecto de la dieta no relacionado con una sensibilidad fisiológica.
Intolerancia alimentaria Es una reacción fisiológica anormal a alguno de los componentes de la dieta. No tiene efecto el sistema inmune. La intolerancia alimentaria se presenta cuando un individuo carece de la enzima necesaria para poder llevar a cabo el proceso fisiológico de digestión de un nutriente en particular.  
Idiosincracia alimentaria Es una respuesta anormal a alguno de los componentes de la dieta. No tiene efecto el sistema inmune.
Reacciones farmacológicas al alimento Es una respuesta anormal a alguno de los componentes farmacológicos de la dieta.
Envenenamiento por alimento Es una respuesta adversa a una toxina específica del alimento.
Enterometabolismo La absorción de metabolitos producidos como resultado de una fermentación bacteriana a nivel intestinal.

Tabla 1. Reacciones adversas a los alimentos. Adaptada de Wills J & Harvey R.
En el siguiente artículo ahondaremos en el manejo nutricional de caninos diagnosticados con hipersensibilidad o alergia alimentaria.

HIPERSENSIBILIDAD O ALERGIA ALIMENTARIA

Existe una gran variedad de sustancias que pueden desencadenar una reacción alérgica o de hipersensibilidad; pueden ser de origen animal o vegetal, medioambiental, encontrarse en superficies o inclusive en el alimento; a estas sustancias se les conoce como alergenos. Una alergia es un estado de hipersensibilidad inmunológica hacia un alergeno inocuo del medio ambiente que desencadena una excesiva respuesta inmune a la reexposición del organismo al alergeno en cuestión.  Dada la extensión del tema, en este artículo nos enfocaremos en las alergias alimentarias.

La hipersensibilidad o alergia alimentaria es una reacción exagerada del sistema inmune hacia un alergeno presente en un alimento (1). Todos y cada uno de los ingredientes de una dieta tiene la capacidad de actuar como alergeno; sin embargo, la mayoría de las alergias alimentarias son ocasionadas por proteínas (1,2). La hipersensibilidad alimentaria puede afectar a uno o varios sistemas del organismo de un animal por lo que puede producir signología dermatológica, gastrointestinal, respiratoria y neurológica; sin embargo, el signo clínico más común es el prurito (comezón) (1). Los signos clínicos de hipersensibilidad varían de individuo a individuo, y pueden presentarse en cualquier edad, sexo o raza (1), aunque recientes estudios demostraron que el labrador y el pastor alemán tienen mayor predisposición.

La patogenia de las alergias alimentarias se debe a la interacción de un componente alimenticio, con un sistema biológico de amplificación; por ejemplo: mecanismos inmunológicos, sistema de complemento (C’), quimiotaxis, fagocitosis, producción de mediadores inflamatorios (histamina) que originan un proceso de inflamación y el desarrollo de signos clínicos (2).

ETIOLOGÍA

A lo largo de varios estudios se han recabado datos acerca de los alergenos dietarios más comunes en la clínica de pequeñas especies, dentro de los que podemos mencionar: leche de vaca, carne de res, de cerdo, de pollo, de cordero, variedades de pescado, huevo, trigo, maíz, soya, harina de arroz, aceite de hígado de bacalao entre otros (2,3). Las reacciones alérgicas se asocian a alergenos con un peso molecular de 15 – 40 KDa, por lo que, considerando que las glicoproteínas hidrosolubles tienen un alto peso molecular (10 – 70 KDa) las colocan como uno de los principales alergenos alimenticios; sin embargo, no se debe descartar que moléculas de menor peso pueden desencadenar una reacción alérgica (4).

SIGNOLOGÍA

Dermatológica.Se estima que hasta un 30% de las enfermedades de la piel de los perros se debe a una dermatitis alérgica (5). Un ejemplo es el caso particular de las alergias alimentarias a fuentes de proteína; el 2% del alimento proteínico es absorbido a nivel intestinal en fragmentos suficientemente grandes para que el sistema inmune lo reconozca como un objeto extraño, este alergeno puede viajar a través de la sangre, y entrar en contacto con mastocitos de la piel dentro de los primeros minutos post ingesta, lo cual tiene sentido ya que el principal signo clínico de las alergias alimentarias es el prurito (2).Las lesiones dermatológicas suelen ser pruriginosas, eritematosas, papulomatosas o inclusive seborreicas. Dependiendo de la severidad del caso, los pacientes suelen rascarse hasta el punto de autolesionar la piel predisponiéndola a infecciones secundarias que, sin duda, empeoran el caso clínico, ya que es probable que el paciente sea alérgico a algún medicamento y complique el tratamiento. En casos crónicos puede haber hiperpigmentación, licuefacción de la piel, e inclusive pioderma.  (1,3,5)

Gastrointestinal.Sólo del 10% al 30% de perros con alergias alimentarias presenta problemas gastrointestinales, en ocasiones sólo se afecta levemente la consistencia de las heces; en casos más complicados puede haber vómito, cólicos o inclusive diarrea hemorrágica post ingesta (1,5).

DIAGNÓSTICO

Para confirmar el diagnóstico de una alergia alimentaria es necesario identificar el alergeno y demostrar la relación entre exposición y signología, de lo contrario no es posible utilizar el término hipersensibilidad alimentaria. El diagnóstico puede llevarse a cabo mediante el siguiente sistema:

  1. Historia clínica. La historia clínica permitirá obtener información acerca de la edad, raza, y sexo del paciente, considerar la predisposición racial, hábitat, desparasitaciones internas y externas que ayuden a descartar diagnósticos diferenciales como alergia a la picadura de pulga. Es importante determinar la posibilidad de exposición a un alergeno ya se alimenticio, medioambiental (paseos al bosque, a la playa, remodelaciones en casa, solventes, limpiadores) y todos aquellos posibles causantes de una dermatitis por contacto.
  2. Examen físico. El examen clínico completo, como en todas las patologías es indispensable, de preferencia, debe ser complementado con una ficha dermatológica que permita orientar la inspección física, evitando la omisión de pasos para el diagnóstico, que permita tomar nota del tipo de lesiones, olor, color, presencia de secreción, localización y severidad de estas, entre otros datos, con la finalidad de recabar la mayor información posible del caso clínico.
  3. Pruebas dermatológicas. Tomando en cuenta la variedad de patologías con signología dermatológica, es importante hacer uso de pruebas de gabinete (raspado profundo, citología, KOH, impronta, histopatología) que permitan confirmar la alergia alimentaria y/o descartar otros diagnósticos diferenciales.
  4. Pruebas cutáneas para diagnosticar alergias. Para diferenciar una dermatitis por alergia alimentaria o por algún alergeno convencional, es recomendable llevar a cabo una prueba de alergia intradérmica. Esta prueba es un método diagnóstico que expone al individuo a una serie de alergenos que son inyectados a nivel intradérmico, cuyos resultados positivos se caracterizan por una roncha edematosa en el sitio de inyección. (1)
  5. Pruebas alternativas. El uso del ELISA del inglés Enzyme-Linked ImmunoSorbent Assay (Ensayo por Inmunoabsorción Ligado a Enzimas) es útil para la detección de anticuerpos (IgE) específicos contra un antígeno en particular; sin embargo, a pesar de su sensibilidad y especificidad, el alto costo de la prueba limita su uso en la práctica de pequeñas especies.
  6. Dieta de eliminación. Como su nombre lo indica, tiene la finalidad de eliminar todos los alergenos potenciales del alimento. El fundamento de una dieta de eliminación es la sustitución del alimento regular por una dieta hipoalergénica, con ello se espera disminuir o erradicar por completo la signología alérgica (5); puede ser alimento húmedo (carne enlatada), seco (croqueta) o preparado en casa.

A continuación, se menciona un ejemplo de protocolo de una dieta de eliminación:

  1. Se elige una dieta nueva, verificando que cubra los requerimientos nutricionales del paciente, acorde a su edad, sexo, y estilo de vida, que contenga una fuente alterna del ingrediente del que se sospeche sea causante de la reacción alérgica.
    1. Se ofrece exclusivamente dicha dieta durante al menos 8 semanas.
    1. Resultados. Se considera como un resultado positivo si la dieta de eliminación alivia o disminuye la signología del paciente; de ser así, hay dos caminos a elegir:
      1. Se reintroduce la dieta regular y en caso de que la signología reincida, se concluye que la dieta de eliminación es la adecuada para el paciente.
      1. Se añaden uno a uno otros ingredientes consumidos regularmente por el paciente hasta que el alergeno es identificado, esta práctica es compleja y costosa, por lo que normalmente se buscan dietas con ingredientes a los que la mascota no haya sido expuesta.
  2. Complementar el historial clínico del paciente, especificando el tipo de ingrediente al que es alérgico y el método de diagnóstico, la dieta elegida, especificando el ingrediente alterno ya sea fuente de proteína, de carbohidratos o inclusive de conservadores.

Es probable que una vez en remisión y después de estar consumiendo solamente la dieta el ingrediente hipoalergénico el paciente presente nuevamente signos de alergia alimentaria; de ser así, se considera como un nuevo caso clínico, y se repite el diagnóstico hasta identificar el alergeno causante, de lo contrario, la patología continuará presentándose hasta que el alergeno sea identificado y eliminado por completo de la dieta.

TRATAMIENTO

Existen al menos dos abordajes clínicos de alergia alimentaria: farmacológico (antihistamínicos, antibióticos preventivos, antifúngicos, glucocorticoides y tópicos) y nutricional, en el cual ahondaremos a continuación:

Tratamiento nutricional. Una vez confirmado el diagnóstico de alergia alimentaria e identificado el alergeno que causa la reacción del sistema inmune, es momento de comenzar el tratamiento nutricional e identificar la dieta más adecuada al caso clínico y dar el paso inicial e indispensable: eliminar por completo la dieta previa (5). Existen varias opciones de tratamiento nutricional, dentro de los que podemos mencionar:

  1. Dietas hipoalergénicas. Son dietas diseñadas para tener una menor probabilidad de desencadenar una respuesta inmune. Existen varias opciones ya sea en alimentos secos, húmedos y preparados en casa. La alta demanda de productos hipoalergénicos ha llevado a la industria de alimentos para mascotas a desarrollar una diversidad de productos con fuentes alternas de nutrientes, con ingredientes limitados, hidrolizados o inclusive libres de alergenos.
  2. Proteínas. Son nutrientes esenciales en la alimentación animal. En casos de hipersensibilidad alimentaria a las proteínas, es indispensable encontrar fuentes alternativas de este nutriente; ya que su deficiencia puede poner en riesgo la salud del individuo.
    1. Fuentes de proteína alterna. Se denomina proteína alterna o novedosa, a aquella fuente de proteína de origen animal o vegetal que la mascota no ha consumido con anterioridad, por lo que, las probabilidades de que el sistema inmune haya sido expuesto a sus componentes y responda con una reacción alérgica son muy bajas; por ejemplo: salmón, cordero, pavo, pato, proteínas vegetales, entre otros.
    1. Proteínas hidrolizadas. La hidrólisis es la separación de un componente en fragmentos más pequeños por acción del agua. Las proteínas son moléculas muy grandes en promedio 70KDa que, al ser hidrolizadas, disminuyen su peso molecular (<20KDa), reduciendo la posibilidad de que el sistema inmune del animal lo considere un alergeno y desencadene una reacción alérgica. Las proteínas hidrolizadas son considerablemente más digestibles, por lo que, pueden ser utilizadas no solo en casos de alergias alimentarias, sino en intolerancias alimenticias y problemas digestivos.
  3. Ingredientes funcionales o nutraceúticos. Son ingredientes que pueden ser añadidos a la formulación de un alimento, los cuales tienen un efecto terapéutico en la salud del animal, ofreciendo una alternativa farmacéutica en el tratamiento de algunas patologías.
    1. Ácidos grasos. Los ácidos grasos forman parte de una de las capas de la estructura de la piel de manera. Los ácidos grasos atenúan los procesos inflamatorios de la piel y disminuyen el prurito (7); por ejemplo: aceite de pescado.
    1. Vitamina A (Retinol). Es una vitamina importante para la diferenciación y proliferación de las células epiteliales de la piel (7).
    1. Vitaminas B (Biotina, Riboflavina, Piridoxina). Son esenciales en el metabolismo de los ácidos grasos.
    1. Vitamina E (Tocoferol). Es un antioxidante, auxiliar en el tratamiento de dermatosis (7).
    1. Cobre (Cu). Transporte y almacenamiento de proteínas, síntesis de colágeno y elastina.
    1. Zinc (Zn). La deficiencia de Zinc se caracteriza por una hiperaqueratinización, principalmente alrededor de los ojos y en los cojinetes plantares.
  4. Dietas caseras. En caso de que el Médico Veterinario responsable en conjunto con el propietario optaran por ofrecer una dieta preparada en casa, es necesario considerar el costo y el tiempo invertido en la elaboración de dichos alimentos, la disponibilidad de las materias primas además de garantizar el compromiso del cliente durante todo el proceso; sin dejar de lado que la formulación de la dieta cumpla con los requisitos nutricionales del paciente para reducir la probabilidad de desarrollar un problema secundario de desnutrición.
  5. Premios hipoalergénicos. En la actualidad, las mascotas ocupan un lugar muy importante dentro del seno familiar, por lo que dar premios a los perros es una práctica común, esto debe considerarse dentro del tratamiento de una alergia alimentaria, ya que la elección de premios debe llevarse a cabo con el mismo criterio que la dieta principal.

Después de analizar todas las posibilidades dietéticas ya sean productos terminados o alimentos preparados en casa, es de vital importancia elegir una dieta tomando en consideración los recursos económicos del propietario ya que esto será clave para que pueda adquirir el alimento prescrito y con ello garantizar la permanencia en el tratamiento; en segundo lugar, la individualidad del paciente, ya que sin importar si el alimento está diseñado con ingredientes hipoalergénicos, si el perro no consume el alimento,  el tratamiento nutricional no será efectivo, razón por la cual es conveniente tener varias opciones disponibles; y por último, la accesibilidad del alimento, que sea un producto disponible en el mercado local, de manera que el propietario no se vea en la necesidad de modificar la dieta y con ello, exponer al paciente a nuevos ingredientes que pudiesen reiniciar la reacción alérgica regresando al punto de inicio, generando frustración no solo del médico, sino del propietario mismo.

CONCLUSIÓN

Las enfermedades dermatológicas son una constante en la clínica diaria, con signos clínicos evidentes de prurito, pérdida de pelo y lesiones dermatológicas, que en ocasiones pueden llegar a ser abrumadores para los propietarios; esto puede ser una ventaja ya que es común que lleven a revisión médica esperando una solución al problema de su mascota; sin embargo, la dermatitis no es un signo clínico patognomónico de una sola enfermedad, por ello la preparación del Médico Veterinario responsable es la clave en el diagnóstico y tratamiento del paciente.

La alergia alimentaria es uno de los principales diagnósticos diferenciales en los problemas dermatológicos, por ello conocer esta patología y saber diagnosticarla será clave para el éxito del tratamiento. Existen una gran variedad de opciones alimenticias en el mercado, con fuentes alternas de ingredientes, reducida en alergenos o inclusive con nutraceúticos con efectos terapéuticos; la clave será conocer estos productos a fondo, y saber las ventajas de su formulación y determinar si será útil o contraproducente en el caso clínico actual.

Como Médicos Veterinarios Zootecnistas debemos ver la alimentación no sólo como algo necesario para subsistir y satisfacer los requerimientos nutricionales de nuestros pacientes, sino como una herramienta en el tratamiento de diversas patologías. Acerquémonos a nuestros proveedores, capacitémonos y conozcamos los productos que tenemos disponibles para complementar el tratamiento de nuestros pacientes.

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