El lobo mexicano, conocido por su nombre científico como Canis lupus baileyi, es una majestuosa y misteriosa criatura. Un animal que forma parte de la cultura, folklore e identidad mexicana; sin embargo, pese a todo lo que representa para nuestro país, lamentablemente la caza furtiva de este animal, en su estado salvaje, lo ha puesto en peligro de extinción.

Pero, no todas son malas noticias, por lo menos cuando hablamos de esta especie, ya que los intentos y programas que existen para su conservación han empezado a dar frutos, y más de 30 años de esfuerzo han mejorado el panorama del lobo mexicano ya que en noviembre de 2019 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, (Semarnat), cambió el estatus de esta especie de “Probablemente extinta en el medio silvestre” a “en peligro de extinción”, y si bien, todavía no podemos cantar victoria en este tema, el panorama del lobo mexicano va mejorando lo que permite vislumbrar una esperanza; sobre todo gracias a las diferentes acciones que realizan diversas entidades federales y civiles para que el lobo mexicano, orgullo nacional, siga siendo parte de la fauna del planeta.

Los programas que existen para su conservación son varios, y se encargan de estudiar a los lobos mexicanos para cuidarlos, protegerlos, pero sobre todo reproducirlos en cautiverio y así lograr poco a poco la liberación de nuevos ejemplares en vida libre. Esto ha permitido que actualmente existan de forma salvaje entre 30 y 50 Canis lupus baileyi, entre crías y adultos que se han liberado sin localizador en su hábitat natural en el norte de la Sierra Madre Occidental (Sonora, Chihuahua, Durango y hasta Jalisco).

Las liberaciones de estos lobos se hacen en manada liderados por una pareja alfa, lo que ayuda a garantizar su supervivencia, ayudando a reestablecer el equilibrio de sus ecosistemas naturales, los cuales se han visto severamente afectados por la falta de lobos.

Estas iniciativas y programas de conservación son impulsados por organizaciones como Semarnat, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y desde hace 15 años por organizaciones mundiales como WWF, a través de su organismo WWF México; sin embargo, estas no son las únicas organizaciones que se dedican activamente a la protección del lobo mexicano, y actualmente existen otras empresas responsables como Grupo NUTEC, a través de NUPEC (MR) que también ayudan a la preservación de esta especie, a través de su programa de conservación del lobo mexicano, un programa que pertenece a varias acciones de responsabilidad social de la empresa.

Con estas acciones conjuntas, el camino hacia la conservación del lobo mexicano está asegurada.