Es ideal que la primera presentación sea en un espacio neutral, fuera de casa, para reducir tensiones. Durante los primeros días, permite que se conozcan poco a poco, dándoles su propio espacio y observando cómo interactúan. No los fuerces a compartir juguetes o camas desde el inicio, y asegúrate de brindarles atención a ambos para evitar celos. Con tiempo, amor y paciencia, las dos mascotas podrán adaptarse y, con suerte, llegar a ser grandes compañeros.